Ciencia y medio ambiente

Transbordadores podrán ser reparados en vuelo

El casco de los transbordadores podrá ser arreglado en vuelo en el futuro, incluso si las naves no están acopladas a la Estación Espacial, opinó Piers Sellers, uno de los astronautas del Discovery que participó en un simulacro de reparación


El casco de los transbordadores podrá ser arreglado en vuelo en el futuro, incluso si las naves no están acopladas a la Estación Espacial, opinó Piers Sellers, uno de los astronautas del Discovery que participó en un simulacro de reparación.
Esta opción no será necesaria esta vez, pues los ingenieros de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA, siglas en inglés) concluyeron hoy que dos pedazos de material aislante que sobresalen del casco del transbordador no representan peligro alguno para la nave a la hora del regreso.
Durante una salida al espacio de siete horas y media, Sellers y Mike Fossum probaron el uso de una extensión de algo más de 15 metros instalada al final del brazo mecánico del Discovery para arreglar desperfectos en la cobertura de la nave.
"Todos aquí creemos, como la gente en tierra, que (el experimento) tuvo éxito y que la extensión puede usarse como una plataforma para reparaciones", dijo Sellers en la primera rueda de prensa desde el despegue del transbordador Discovery el 4 de julio.
"Por lo menos se puede acceder a cualquier parte del transbordador y es posible realizar reparaciones siempre que se tengan buenos materiales de reparación", añadió.
Encontrar una forma de arreglar los transbordadores en el espacio ha sido una prioridad para la NASA desde que el Columbia se desintegrase el 1 de febrero de 2003 a su entrada en la atmósfera.
La tragedia se debió a desperfectos en las losetas de aislamiento durante el despegue.
En el primer vuelo efectuado tras ese accidente, realizado el año pasado por el Discovery, también se detectaron dos protuberancias en el material aislante de la nave, que el astronauta Steve Robinson retiró durante una caminata espacial.
Robinson realizó la operación instalado en el brazo mecánico de la Estación Espacial, porque el del Discovery no llegaba a todo el casco.
La extensión probada ayer dará autonomía a la nave y permitirá hacer reparaciones en vuelos al telescopio espacial Hubble o en otras misiones.
En el experimento, Fossum y Sellers aseguraron los pies al final de la extensión y saltaron, se inclinaron y agacharon para probar su estabilidad, que ha resultado mayor de lo esperado.
Fossum bromeó en la rueda de prensa que los canadienses que fabricaron el apéndice mecánico se quejaron del "maltrato".
La NASA podría haber ordenado a los astronautas usar el brazo para una reparación de verdad, pero al final concluyeron que no eran peligrosas dos pequeñas protuberancias de material aislante que habían detectado al lado de una ventana y entre dos losetas.
El sistema de protección térmica "está al 100 por cien", comunicó el centro de control a la tripulación. "Es una noticia estupenda. Es fantástico", replicó el comandante del "Discovery", Steven Lindsey.
En la rueda de prensa, los astronautas no sólo hablaron de trabajo, sino de la extraña sensación de ver innumerables salidas y puestas de sol, pues la nave da una vuelta alrededor de la Tierra cada hora y media.
"Me sentí como en un sueño ayer. Que nadie me pellizque. No quiero despertarme", dijo Fossum, al recordar su experiencia durante la caminata.
Hoy la tripulación se dedicó a transferir a la Estación Espacial parte de las más de cuatro toneladas de material llevadas por el transbordador, principalmente en su módulo de carga "Leonardo".
Entre los nuevos equipos está un congelador para muestras biológicas, que permitirá a los tres ocupantes de la Estación realizar más experimentos.
No obstante, según Jeffrey Williams, uno de los residentes espaciales, su prioridad seguirá siendo la construcción de la Estación, que debía haberse concluido hace dos años, pero que se atrasó por el desastre del Columbia.
El Discovery ha traído un nuevo compañero para Williams, y el cosmonauta ruso, Pavel Vinogradov: el alemán, Thomas Reiter, que representa a la Agencia Espacial Europea.
En la rueda de prensa, Reiter agarró de manos de sus compañeros un micrófono que se quería escapar por la falta de gravedad para responder en alemán a las preguntas de sus compatriotas desde Europa.
La mayoría de las cuestiones no fue acerca de la investigación científica, sino sobre cómo se observa el campeonato mundial de fútbol desde el espacio.
Reiter reconoció que se ha perdido los partidos y, a sabiendas de que hablaba a una audiencia internacional, no quiso decantarse por el ganador de la final de hoy, entre Italia y Francia. Sellers no fue tan diplomático y animó al astro francés Zinedine Zidane.

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