Salud y bienestar

La mayoria de las familias de menores explotados sexualmente avalan esta práctica, denuncia la OIT

A través de la Fundación Esperanza, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llamó la atención sobre el clandestino negocio de explotación sexual a menores de edad en los municipios de Cartago, Valle; Calarcá, Quindío y Girardot, Cundinamarca

A través de la Fundación Esperanza, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llamó la atención sobre el clandestino negocio de explotación sexual a menores de edad en los municipios de Cartago, Valle; Calarcá, Quindío y Girardot, Cundinamarca.

En estas tres poblaciones la OIT investigó a fondo la problemática de la prostitución infantil y encontró que el 67 por ciento de los menores que son explotados sexualmente, aseguran que sus familias saben que desarrollan labores de prostitución, pero son complacientes porque los menores aportan económicamente al hogar.
En Cartago, las adolescentes y niñas son llevadas a poblaciones cercanas para prostituirse. Por el "trabajo" reciben un pago aproximado de 300 mil pesos. Gran parte del dinero proviene de actividades relacionadas con el narcotráfico.
Estos ingresos contrastan con los que reciben las niñas y niños que se prostituyen en la vía la Línea en Calarcá. Los "clientes" potenciales de los menores son conductores que pagan entre 500 y 5.000 pesos por sus servicios sexuales.
Los niños de Calarcá son los que reciben los pagos más bajos y generalmente sus ingresos los invierten en la compra de alucinógenos.
Otro sector de los menores explotados sexualmente en Calarcá, son ofrecidos en paquetes turísticos que incluyen paseos a fincas con actividades de ecoturismo.
Girardot fue otra de las poblaciones objeto de estudio por parte de la OIT.
Los menores que son explotados sexualmente en Girardot reciben pagos cercanos a los 19 mil pesos, pero en algunos casos la remuneración es muy superior debido a que los "clientes" son de buenos ingresos.
La gran mayoría de los menores entrevistados viven solamente con la mamá y la característica principal que tienen estos núcleos familiares es que sus relaciones son distantes y conflictivas.
Para la realización de este informe la Fundación Esperanza, hizo 60 encuestas a niños y niñas con edades que van de los 9 y los 17 años y que son explotados sexualmente en estas poblaciones.
La prostitución y la miseria consumen a los niños Guajiros
El informe entregado por la directora del Bienestar Familiar Regional Guajira, Ilka Curiel , revela que los niños guajiros, no solamente padecen la obligación del trabajo desde muy temprana edad, sino que ya están inmersos en el negocio de la prostitución callejera. El fenómeno afecta a niños de las ciudades y de comunidades indígenas Wayúu.
Los niños desplazados por la violencia hacen parte del conglomerado más vulnerable, por su falta de recursos y la necesidad de sobrevivir en medio de grandes dificultades en una región que carece de empresas, y donde los índices de desempleo superan el 50 por ciento.
En las calles de la ciudades como Riohacha y Maicao, no es extraño encontrar a los niños mendigando y durmiendo en los andenes y parques, sin que haya acciones de asistencia y prevención por parte de las autoridades.

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