Ciencia y medio ambiente

Musulmanes de todo el mundo empiezan hoy celebración del Ramadán

El mes sagrado del Ramadán empieza hoy y durará unos 29 días, en los que será celebrado por la mayor parte de los musulmanes de todo el mundo. El Ramadán es elnombre del noveno mes del calendario musulmán llamado del ayuno religioso

El mes sagrado del Ramadán empieza hoy y durará unos 29 días, en los que será celebrado por la mayor parte de los musulmanes de todo el mundo. El Ramadán es el
nombre del noveno mes del calendario musulmán llamado del ayuno religioso.
El calendario islámico es lunar y, por consiguiente, la fecha del Ramadán varía de un año para otro según la diferencia entre este calendario y el solar.
En el mes del ayuno, los musulmanes conmemoran un hecho fundamental en el Islám: la revelación del Corán al profeta Mahoma, que comenzó en un día indeterminado del Ramadán.
El comienzo exacto del mes se suele establecer en el mundo islámico mediante la sencilla observación directa de la luna nueva y su cuarto menguante. Esta tradición fue instaurada por los musulmanes sunnitas. En algunos países árabes se ajustan, más bien, a la determinación astrológica.
El ayuno del Ramadán consiste en abstenerse durante los 29 ó 30 días que dura el mes lunar de todo tipo de comida y de bebida, así como de cualquier contacto sexual desde el alba hasta la puesta del sol.
Sólo se romperá el ayuno y la abstinencia dos veces al día, al ponerse el sol y antes de amanecer, momentos que en la antigua tradición musulmana venían determinados por las autoridades religiosas.
Actualmente, las horas exactas son anunciadas con sendos cañonazos y con la llamada del almuédano.
Durante el Ramadán el musulmán no se puede fumar. El trabajo no se interrumpe, sino que únicamente se evitan los esfuerzos excesivos que puedan llevar al agotamiento. Una vez se pone el sol, puede volverse a llevar una vida normal hasta el alba del día siguiente.
Unicamente están exentos del ayuno los menores de edad, las mujeres durante la regla y el embarazo, los enfermos, los viajeros y los incapacitados físicamente por prescripción médica o deficiencia.
Este mes se considera de retiro y de meditación y los musulmanes devotos invierten la mayor parte de su tiempo en la lectura del Corán.
La radio y la televisión transmiten programas religiosos en todos los países islámicos y las actividades normales en las administraciones, bancos, oficinas públicas, incluso en el sector privado, se reducen considerablemente para compensar al musulmán en el esfuerzo físico que realiza con la abstinencia.
El ayuno del mes de Ramadán es una de las prácticas más observadas en el mundo islámico. Los que lo quebrantan voluntariamente, aunque no los haya visto nadie, están obligados en conciencia a ayunar setenta y un días si quieren que Alá perdone su pecado.
Además del ayuno, el Ramadán es un mes de cierta euforia religiosa: los musulmanes visitan con más asiduidad que de ordinario las mezquitas, rezan devotamente en sus casas, los ricos reparten limosna entre los necesitados y no se celebran festejos públicos.
Al anochecer, sin embargo, se produce una gran algazara en las ciudades y en los pueblos, al sonar el cañonazo, porque pueden comer y beber hasta saciarse.
Otra característica del Ramadán es que el mes se convierte en una fiesta social. La gente intercambia visitas y regalos.
Las veladas, una vez se ha puesto el sol, son de gran intensidad y se celebran fiestas durante toda la noche, las familias se visitan, se asiste a espectáculos, entre otras actividades.
Una vez terminado el ayuno del día, al anochecer, se toma un primer alimento, consistente en un caldo espeso o papilla. Posteriormente se cena y es costumbre invitar a los amigos.
Cuando ya va a amanecer, se toma la tercera comida que ayudará a resistir el ayuno en el día que comienza. Durante toda la noche están permitidos los contactos sexuales.
Al terminar el mes del Ramadán, los "imanes", o jefes religiosos atisban desde los alminares la aparición de la luna nueva cuya llegada anuncia el final del largo ayuno.
Cuando el jefe religioso supremo o "mufti" comprueba con sus propios ojos que el Ramadán ha terminado, se traslada procesionalmente al palacio del jefe civil de la ciudad para anunciar la fausta nueva y desearle toda clase de felicidades.
En esa noche, según tradición popular, el Señor fija el destino de la Humanidad para todo el año. Y se celebran grandes fiestas populares.

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