Ciencia y medio ambiente

Crisis en Ecuador: Congreso asume la reorganización de la justicia. Las protestas continúan

El Congreso de Ecuador se comprometió a reconstituir la Corte Suprema de Justicia, que funcionaba desde diciembre pasado bajo sospechas de ilegalidad, pero no logró acabar con las protestas populares que piden el cese de todos los políticos

El Congreso de Ecuador se comprometió a reconstituir la Corte Suprema de Justicia, que funcionaba desde diciembre pasado bajo sospechas de ilegalidad, pero no logró acabar con las protestas populares que piden el cese de todos los políticos.
El Parlamento unicameral, tras casi seis horas de crispado debate, dejó sin efecto una resolución adoptada por la Cámara el pasado 8 de diciembre, cuando destituyó a los jueces de la Corte Suprema y designó a otros en su lugar, lo que generó la crisis política en el país.
Además, la Cámara, decidió impedir que los jueces que fueron nombrados después del 8 de diciembre, así como los que ejercían antes de esa fecha, puedan recuperar sus cargos.
Para reconstituir la Corte Suprema, el Parlamento se comprometió a buscar instrumentos y mecanismos para que sea transparente y limpia la elección de los futuros magistrados.
La decisión parlamentaria desautoriza un acuerdo sellado el sábado entre el presidente del Parlamento, Omar Quintana, y el presidente de la República, Lucio Gutiérrez, quien pretendía que la Cámara cesase a la Corte Suprema y aprobara unas reformas legales que permitían reorganizarla.
Gutiérrez disolvió la Corte Suprema la noche del viernes, cuando también declaró el estado de excepción en Quito, pero veinte horas más tarde revocó su decreto por petición de Quintana, y explicó que uso ese recurso para poder cesar al alto tribunal.
Además, dijo que el presidente del Parlamento se había comprometido a tramitar en el Legislativo su decisión de cesar a la Corte Suprema y de reformar la Ley Orgánica de la Función Judicial, con el ánimo e buscar la despolitización de ese poder del Estado.
Finalmente, el acuerdo no fue cumplido por Quintana, que tuvo que votar por la propuesta de la oposición para solucionar la crisis de la justicia, lo que ha dejado a Gutiérrez en una situación política aún más precaria.
El compromiso se logró tras un inusual consenso de oficialistas y opositores, que estaban presionados por los miles de manifestantes que se apostaron anoche cerca de la sede del Congreso para vigilar la conducta de los legisladores, mientras exigían la renuncia de Gutiérrez y también de los diputados.
Pese a que la Cámara logró unirse, no consiguió calmar el disgustó de los manifestantes, que consideran que los diputados no han obrado en beneficio del país, sino para proteger sus cargos amenazados por las protestas ciudadanas que han ido creciendo en intensidad y convocatoria.
Las protestas son "autoconvocadas" por ciudadanos indignados con los políticos y que preparan para hoy una nueva jornada de manifestaciones, en las que se acusa al presidente ecuatoriano, a la clase política y a los jueces de "corruptos y mentirosos".
Las protestas comenzaron la noche del miércoles pasado, cuando unos mil ciudadanos se coordinaron para acudir a una concentración en la sede de la Corte Suprema, denominada el "cacerolazo".
La concentración se organizó de forma espontánea por ciudadanos que usaron la señal de una emisora de la capital, "Radio la Luna".
A día siguiente, se organizó por el mismo canal un "reventón" de globos, que congregó a más de 7.000 ciudadanos, y el viernes un "tablazo" (por los trozos de madera), que reunió a 15.000 personas, según cálculos de medios periodísticos.
El sábado, cuando regía el estado de excepción, los manifestantes protagonizaron el "rollazo", y extendieron tiras de papel higiénico con el propósito de "limpiar el país".
Esa protesta se extendió durante todo el día y, al filo de la medianoche, llegó a rozar las puertas del Palacio presidencial de Carondelet, donde los manifestantes, entre los que había bastantes niños, fueron disueltos con gases lacrimógenos por la Policía.
Los manifestantes quiteños esperan para hoy el apoyo de otras protestas anunciadas en las ciudades de Guayaquil, Cuenca, Riobamba e Ibarra, así como la intervención de los indígenas, que tienen previsto cortar carreteras del interior del país.
Los participantes confían en lograr la suficiente fuerza para demostrar a Gutiérrez que no son pocos los que quieren que renuncie al cargo.
El presidente minimizó las protestas de Quito y afirmó que los participantes en las marchas no han sido más de 20.000, por lo que dijo que apenas el 1 por ciento de los dos millones de habitantes de la capital se han manifestado de forma activa.

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