Neobestiario tropical

Por Gustavo Gómez CórdobaEste país es un zoológico. Y no hay que darle muchas vueltas al asunto; todo el mundo entiende: estamos llenos de sapos, lagartos, buitres, pirañas, ratas y un variopinto abecedario de bestias. Nótese que no se trata de la sofisticación de un Bestiario Tropical como el que nos legó Alfredo Iriarte para sortear los oscuros recuerdos de Trujillo, Somoza, Melgarejo y otros tantos dictadores que convirtieron a este continente en la jaula donde mejor defecaban

Este país es un zoológico vacío, porque los animales no están en las jaulas, sino sueltos por todas partes, en impune efervescencia, descolgándose de lado a lado, como micos parlamentarios que saben bien burlarse de nosotros. El nuevo inquilino de nuestra burbuja animal llegó ayer no más de la mano de Pastrana. El expresidente, en uso de una figura que ni el punto cinco por ciento de la población entiende, situó al presidente Santos en el escenario de un “pato herido”, como dice Pastrana que dicen los gringos, debilitado en Palacio y en mora de despolitizar el proceso de paz. Hagamos rápidamente el listado de los animales que nos son más cercanos en los últimos días:Pimentel, enorme gorila que se deleita con la idea de aplastar a puño limpio a los periodistas que le recuerdan que tiene la ética del tamaño de un banano

Vargas Lleras, un zorro, un carnívoro diseñado por la naturaleza para la acción y la caza, pero que, aseguran los científicos, tiene una impecable expectativa de vida en el cautiverio de Buen Gobierno, con el hocico cerrado y esperando, arropado por las encuestas, para saltar sobre la única presa que le interesa

Los verdes, que se cansaron de rumiar en la Unidad Nacional, y que han “sudarsky” la gota gorda a la hora de ver cómo se ponen de acuerdo para ser manada y no un hato de semovientes dispersos, adormecidos, amansados, “antanasiados” frente a la opinión pública

Y esas hienas que son los hinchas enceguecidos, a los que Santos, con “ojo de águila”, señala como delincuentes camuflados. Un detalle: las hienas no marcan territorio alzando la pata al orinar, como sus primos los perros, sino que utilizan las glándulas anales, situadas muy cerca de donde defecan… y defecan siempre sobre la camiseta del equipo rival

Y para no seguir con la interminable lista de animales criollos, cerramos muy lentamente, con parsimonia y sin afanes, recordando a los perezosos, a los parlamentarios andinos, que se andan por las ramas en cámara lenta, exhibiendo sus garras, viviendo despacio y demostrando agilidad solo a la hora de engullir quincenalmente los dineros públicos

¿Más animales? Bueno, hay otros 44 millones que pareciera viviéramos ensillados y cabalgados por muchos de los que acabo de mencionar. Recuérdese que esto, al mejor estilo de don Germán García y García, habría podido llamarse Animalandia y no Colombia, sin que mediaran por tan exótica decisión quejas serias; apenas rebuznos.