Aplican 14 años de cárcel a explotadoras sexuales de niños en Medellín
Se trata de mujeres transgénero que se dedicaban al proxenetismo con menores de 12 a 17 años.
Una condena de 14 años de cárcel fue impuesta a tres trangeneristas quienes, según testimonios de las víctimas, se lucraban de la explotación sexual de niños travestis entre los 12 y 17 años de edad, la mayoría de los cuales habían sido abandonados y echados a la calle por sus familias debido a su problema de drogadicción.
Precisamente, era a ese estado de vulnerabilidad del que estas mujeres transgénero (por elección), se aprovechaban para atraer a los niños que apenas estaban explorando sus inclinaciones por personas de su mismo sexo.
“Las madres”, como eran conocidas estas proxenetas, asumían el rol de protectoras y hasta de supuestas educadoras y de esta manera “daban cátedra” a sus pupilos de cómo comportarse en la cama, lucir pelucas y caminar con tacones sin dar pasos en falso.
Los explotadores fueron identificados como John Jairo Hurtado Sánchez, conocido como Mónica; John Jairo Quiroz Hernández, como Yolanda; y Martín Castro Ramírez, era Michelle”. Los tres sujetos sometían a los menores a largas horas de trabajo en diferentes puntos del noroccidente de Medellín, mientras que los pervertidos clientes pagaban entre 15 y 100 mil pesos por sostener todo tipo de relaciones y obscenidades con los niños travestis.
Las denuncias fueron interpuestas por algunas víctimas y aunque unos intentaron retractarse, para la Fiscalía estos testimonios no podían desecharse bajo el entendido de que el temor y la dependencia tienen más peso que el deseo de liberación.
De esta manera, con el material probatorio que dejó una investigación que inició en el 2017 y los diferentes testimonios, un juez concluyó que estos transgéneros tenían que ser condenados y en consecuencia imponerles 14 años de prisión.
A dos de ellos, un juez les concedió la prisión domiciliaria porque están tan enfermos, según sus defensores, que si son llevados a prisión pueden propagar VIH, tuberculosis y otras enfermedades a los demás reclusos. El otro sí fue enviado a la cárcel Bellavista.