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La juventud es la esperanza

Columna de opinión de Rafael Vergara Navarro

La juventud es la esperanza

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05:26

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Cartagena de Indias

Billones de coloridas luces iluminan el mundo. Es mes de derroche y aportes de gases que incrementan en la atmósfera las partes por millón de CO2. Celebramos con inconciencia, consumiendo en exceso, produciendo y mal educando en ruido y millones de millones de toneladas de plásticos, vertimientos y desperdicios. El culto a lo suntuario mueve las ganancias en el planeta. Repitiendo el ciclo de inconciencia ambiental y climática con imprudencia y alegría se recibe el nuevo año.

Sabemos que si no cambiamos rebasaremos el 1.5° de aumento de calor y el deterioro aumentará la tragedia ambiental que vivimos. Ese fue el núcleo esencial del nuevo pulso navideño de la COP24 que, en Polonia examinó, debatió y aprobó normas que activan el Acuerdo de París, los compromisos nacionales de reducir emisiones, un sistema de contabilidad común y acceso on line a las obligaciones.

El informe del IPCC* sobre la brecha de emisiones de la ONU demostró que los actuales compromisos son insuficientes y no se están cumpliendo

En su debate contra la ciencia los EEUU, miembro activo hasta 2020, con egoísmo discreparon de la diferencia de responsabilidad del impacto y cumplimiento de las normas entre los países en desarrollo y los desarrollados.

Ante el llamado a incrementar la ambición de logros globales y esperanzas, se opusieron los más contaminadores: Estados Unidos, China, India y Japón.

Greta Thunberg, sueca de 15 años, en nombre de una juventud que lidera, ante la asamblea se expresó lo que desearía haber dicho:

“Hablo en nombre de la justicia climática y el planeta vivo, y lo hago con claridad, sin importar que se incomoden. Ustedes solo hablan de crecimiento económico verde eterno por el miedo de ser impopulares.

Hablan de avanzar con las mismas malas ideas con que generaron el desastre, cuando lo sensato es tirar del freno de emergencia. No dicen las cosas como son, esa causa no las dejaron a nosotros las niñ(a)os. Sacrifican la civilización y la biosfera para que pocos ganen dinero en cantidades y la gente rica de países como el mío viva en la abundancia. El sufrimiento de muchos paga los lujos de pocos.

Si tengo hij(o)as quizá me pregunten ¿porque ustedes no hicieron nada cuando aún había tiempo de actuar?

Dicen amar a sus hijos e hijas más que a nada en el mundo, pero ante sus ojos le roban el futuro. Con lo políticamente posible, no habrá esperanza. No podemos solucionar una crisis sin tratarla como crisis. Necesitamos mantener los combustibles fósiles en el suelo, necesitamos focalizarnos en la equidad, y si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles deberíamos cambiar el propio sistema. No tienen excusas y nos estamos quedando sin tiempo. Hemos venido para hacerles saber que les guste o no el cambio está llegando. El poder real pertenece al pueblo. Gracias”

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