Justicia

Un monumento desata polarización política en Pijiño del Carmen, Magdalena

Representantes de la comunidad aseguran que instalación de un busto es una decisión arbitraria del Alcalde, porque no la socializó.

Plaza principal de Pijiño del Carmen, Magdalena, donde ya está lista la base para instalar el busto. /FOTO CORTESÍA FABIÁN BURGOS

Plaza principal de Pijiño del Carmen, Magdalena, donde ya está lista la base para instalar el busto. /FOTO CORTESÍA FABIÁN BURGOS

Santa Marta

La polarización política llegó a Pijiño del Carmen. Todo ello porque el alcalde de esa población ubicada en el Sur del Magdalena, Orlando Machado Machado, decidió hacer un homenaje póstumo a su hermano Ramiro -quien también fue mandatario de esa localidad-, presentando un proyecto en el Concejo Municipal para instalar un busto con la imagen de su ser querido.

Contando con mayoría en la Corporación Edilicia, el proyecto fue aprobado y el burgomaestre procedió a la construcción de una base en la plaza principal donde deberá quedar instalada la escultura.

Una vez se conoció este hecho, muchas de las personas que se han mostrado en desacuerdo con este tipo de decisiones del Mandatario, pusieron el grito en el cielo, mientras que los seguidores del Alcalde se han dado a la tarea de ejercer una defensa férrea de su líder.

Fue así como el busto se convirtió en una especie de florero de Llorente, y ahora la polarización política salta a la vista en uno de los pueblos del Magdalena más arraigados en su participación en las urnas, porque en esa población siempre se ha vivido la fiesta de la democracia con mucha pasión por parte de sus habitantes.

El concejal Roberto Ruiz, es uno de los integrantes de esa Corporación que asegura de manera directa que el alcalde Machado se excedió en esta decisión. “Si yo fuese el alcalde no le haría un homenaje a un familiar, mucho menos a un hermano”, declaró.

De igual forma la líder cívica, Delis Eguis, también fue clara al manifestar que desconoce cuáles serían los méritos que llevaron a Orlando Machado a inmortalizar la imagen de su hermano en plena plaza pública.

Desde entonces, Pijiño del Carmen es escenario de las tensiones que desde hace mucho tiempo no se vivían, todo, por cuenta de un busto.

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