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Firmemos la paz con la naturaleza

Rafael Vergara Navarro invita a replicar el mensaje de Francisco sobre el deber de proteger el ambiente

La paz con la naturaleza

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Cartagena de Indias

Deseé que el Papa convocara y diera su bendición en esta ciudad al inicio de un acuerdo de paz con la Madre Naturaleza. No lo logré porque el mensaje central de su visita se centró en la reconciliación, el perdón, el amor y el compromiso entre nosotros.

También en la esperanza y de allí que invocando la encíclica Laudato Sí insista en el propósito porque en Cartagena de Indias sus hijos, nacidos o no en estas brisas, tenemos una deuda grande por los beneficios que históricamente hemos recibido del excepcional ecosistema de litoral que nos alberga.

El mar Caribe dibujó nuestra Casa, baña nuestras orillas y recorre esta geografía de bahías, caños, lagunas y ciénagas que hoy copamos y sobreexplotamos.

Somos de agua y manglares, aves, hijos de la mar y los corales; también somos de piedra, testigos y actores de una dura y violenta construcción de ciudad, de su cruel historia ambiental. Por su bahía nos llegaron bondades y crueldades, privilegios e inequidades que estamos en mora de superar.

El dominio sobre el entorno natural ha sido brutal y, aunque hay resistencia, la presión no se detiene, es tenaz. El poder, si así lo requiere, destruye, fabrica legalidad, rellena y se apropia.

Estimulado por la adicción al lucro, el antropocentrismo –primero el hombre y después también- no tiene límites y, desafiante, desoye hasta el catastrófico grito de la Naturaleza. Se niega a entender que los desastres llamados naturales son provocados en gran medida por sus excesos o abusos.

El cambio climático hasta que no suframos un grave impacto es una referencia, oportunidad económica y "planes", solo planes. El Plan 4C desfinanciado es el mejor ejemplo.

Descendientes de los esclavizados y los desplazados, siguen deforestando, ocupando cerros tutelares o zonas que fueron bosques, agua y manglares.

En Cartagena el 26% de los ciudadanos sobrevive en alto riesgo e informalidad, y frente a la tragedia anunciada, salvo propuestas académicas no hay proyectos de reubicación ni trabajo digno.

Ante las diagnosticadas afectaciones de nuestra Bahía que fuera coralina, los sectores económicos miran hacia otro lado evadiendo invertir en la reparación de la crisis ambiental que han contribuido a generar: aguas sedimentadas y peces contaminados, derrames de químicos, vertimientos de aguas residuales, rellenos y deforestación de manglares, entre otras para hacer o expandir puertos.

¿Dónde y cuándo se compensaron estas terribles pérdidas?

Los beneficiados se dicen católicos y cristianos, apelo a ello para pedir contrición, para que cumplan con la obligación.

¿Cuál es la autoridad que tiene que imponer límites para que estos poderosos y también vulnerables, dejen de crecer en la Bahía a costa de la Naturaleza?

¿Cuándo se realizará el estudio de capacidad de carga y el plan de Ordenación Marítimo Costero?

En Laudato Si, Francisco explica que las barreras de coral, como la de Varadero a la entrada Bahía, "equivalen a las grandes selvas de la tierra, porque hospedan aproximadamente un millón de especies, incluyendo peces, cangrejos, moluscos, esponjas, algas, etc.". Y así lo han demostrado los científicos que han estudiado el arrecife.

Sin embargo, en Colombia pese a los sufrido se las alertas y el Estado, ineficiente o complaciente, permite que se desafíe la memoria de las aguas.

Los portuarios, anfitriones del Papa, y un sector del gobierno, luego de su visita persistirán en agredir esta Riqueza Natural, el extraordinario patrimonio abriendo un nuevo canal de acceso -que ahora llaman variante- dragando parte de los corales heroicos de Varadero.

Ojalá que lo dicho por Francisco sobre el deber de proteger el ambiente en su homilía los lleve a compensar los manglares que evadieron sembrar y que desistan de asesinar los corales.

Ojalá que se produzca en esta ciudad y en el país el milagro de la conversión ecológica: la de la mente y el corazón, a ver si de una vez por todas, luchando por lograrlo, firmamos la Paz con la Naturaleza.

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