Condenan a conductor y líder espiritual de la tragedia de Fundación Magdalena

Las muertes de los 33 niños y un adulto en el incendio del bus en Fundación llegó en la mañana de hoy a su fallo por parte del Juez Primero Penal Municipal Quien condenó a los dos procesados por el caso quienes responden a las a nombres de Jaime Gutiérrez Ospino, conductor del bus, deberá purgar una pena de diez años y nueve meses de prisión, mientras que el líder religioso Manuel Salvador Ibarra a diez años y seis meses en la cárcel.

El juez Rafael en lectura del fallo fue claro en señalar que a los procesados no se les podía otorgar ningún beneficio, debido a que en este caso las víctimas son menores. Es así como negó la casa por cárcel para Ibarra, solicitud de su defensa.

Durante la diligencia la máxima autoridad en la sala ordenó que se investigue a los padres de los niños, al considerar que estos debían garantizar su seguridad y velar para que el vehículo en el que iban a ser movilizados estuviera en condiciones adecuadas, además de saber a personas se los iban a entregar para que fueran cuidados.

"Estamos satisfechos con la decisión del juez y el tiempo de condena, pero no compartimos la parte donde pide investigar a los padres, debido a que ellos entregaron a sus hijos a seis personas conocidas que llegaron hasta las puertas de sus casas a buscarlos y estos no tienen el conocimiento para saber si un carro está bien mecánicamente", indicó Sebastián Gómez, representante de las víctimas.

Por su parte, Sandra Quintero, madre de dos de los pequeños fallecidos señaló que "a mis hijos se los llevaron unas vecinas que conozco de toda la vida, además nosotros no queríamos que ese pasara".

Luego de conocer la decisión de condena por parte del juez, los abogados defensores, representante de las víctimas y el Ministerio Público presentaron recursos de apelación, cuya argumentación la darán a conocer en próximos días.

Es importante señalar que la muerte de los 33 niños y un adulto se originó del incendió de un bus en él se movilizaban con destino a sus casas luego de participar en un servicio religioso en la Iglesia Pentecostal Unidas de Colombia