Los hostales de San Bernardo en Bogotá
Los espacios sirven de escondite para delincuentes, bodega de armas, ollas de microtráfico y prostitución infantil.
Luego de la captura de 11 personas en los operativos que adelantó la Policía en el sector de San Bernardo en pleno centro de Bogotá, la información llevó a los investigadores a los llamados hostales.
El capitán Arley Farigua de la Policía de Turismo fue el encargado de liderar una intervención que de manera preliminar dejó el rescate de dos niñas utilizadas en la prostitución, el sello de tres hoteles y la ubicación de caletas.
“Allá se encuentra base de coca, bazuco, armas blancas y hasta personas con orden judicial, la Policía adelanta los operativos y se intensificarán en las próximas semanas”.
Inquilinatos, hostales, hoteles y diminutas habitaciones alquiladas por horas, se reparten en 30 casas de la Calle Primera a la Sexta y Carreras 10 y 12, que para el capitán están estratificadas, entre más cerca a la Calle Sexta más peligroso y económico es.
“Hacía la parte de la cuarta es más complicado, es diferente, ya hay unos inquilinatos donde se aglomeran muchas personas, hasta cinco por habitación”.
A la zona según la Policía llegan hasta extranjeros, como dos mexicanos que a cambio de bajos precios se arriesgan para tener cerca los traficantes de drogas y la prostitución que funciona a domicilio.
“El costo se reduce entre más peligros y desagradable es el sitio, encontramos dos ciudadanos mexicanos en los hoteles, tenían documentación para permanecer en el país, pero es complicado que transiten por este sector”.
La zona como el desparecido Bronx cuenta con su guardia privada, habitantes de calle que hacen de “campaneros” advierten de la presencia de la Policía y atraen nuevos clientes para la venta de droga.
“Hay ciudadanos que por costos acuden a estos inquilinatos, no cobran más de $100.000 mensuales, otros son utilizados por delincuentes que luego de asaltar a la gente o vehículos corren a esconderse en estos espacios”, dicen vecinos del sector.
En los hostales e inquilinatos se ofrecen otros servicios diferentes a pasar la noche, en las habitaciones, que utilizan el mugre como repelente para las autoridades, se esconden peligrosos delincuentes, armas y se investiga si hasta personas víctimas de secuestro.