Ya salió el vigilante de la U. Nacional que estaba encerrado protegiendo las instalaciones

Bogotá D.C.

Al medio día de este viernes 12 de abril, salió el vigilante Hernán Balcázar, quien duró cinco días encerrado en un edificio de la universidad Nacional para protegerlo de una supuesta quema que, según dice, pretendían hacer encapuchados en medio de las protestas por el cambio de rector de la institución.

Estas manifestaciones han sacudido la Universidad Nacional durante una semana y media, pues los estudiantes se declararon en paro indefinido. Sin embargo, en un acto de valentía y compromiso de Hernán, el vigilante con 34 años de servicio en la institución estuvo encerrado en uno de los edificios, resistiendo desde el pasado lunes 8 de abril, ante el temor de que este sea blanco de actos vandálicos por parte de encapuchados que han ingresado al campus.

El edificio en el que se encontraba Hernán, es el Uriel Gutiérrez, que alberga la rectoría, áreas administrativas, la oficina de control con sistemas de cámaras y el sistema eléctrico, lo que lo convierte en un punto crucial para el funcionamiento de la universidad.

A pesar de las amenazas recibidas por parte de los encapuchados, quienes intentaron persuadirlo para que abandone el lugar, Hernán estuvo firme en su decisión de proteger la institución y los equipos de seguridad electrónica que se encuentran bajo su custodia.

Sus acciones heroicas fueron reconocidas tanto dentro como fuera de la universidad, destacando su sentido de pertenencia y compromiso con la seguridad y el bienestar de la comunidad educativa.

En medio de su encierro, Hernán expresó para Caracol Radio su deseo de que se realice un foro de seguridad para abordar la situación de constante agitación que enfrenta la institución.

“Ya son más de cuatro días resistiendo. Encerrado defendiendo la institución y los equipos del área donde me encuentro trabajando”, afirmó Hernán en una entrevista con 6AM HOY POR HOY, demostrando su determinación y dedicación a la Universidad Nacional.

Para el vigilante su aprecio a la universidad es considerable, ya que en su tiempo laborando ha sentido respeto. “Yo creo que estoy hecho de amor, porque el amor que nos profesamos todos aquí en la universidad es el respeto por el otro. Aquí uno puede ser de la corriente política que sea y puede expresarse libremente sin temor a recibir una bala. Se puede expresar el pensamiento religioso, filosófico, político y diverso”