La comunidad Iroka, en el municipio de Codazzi, Cesar, llora a cinco niños, con edades que oscilan entre los 3 y 11 años. Dos de ellos habían sido trasladados a un centro de salud, luego del padre observar que se encontraban en grave estado de salud, con vómitos e indicios de envenenamiento. Los otros tres ya se encontraban sin signos vitales dentro de su humilde resguardo.

Los gobernadores de 12 comunidades que conforman al pueblo Yukpa calificaron el hecho como una tragedia a causa de “un concurso de delitos” que debe ser investigada.

Astrid Cáceres, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, se pronunció sobre el caso y le pidió a la Fiscalía que se esclarezca lo ocurrido.

“Repudiamos el asesinato en extrañas circunstancias de cinco niños Yupka entre 3 y 15 años en el resguardo de Iroka. Acompañamos la tristeza de la comunidad y esperamos esclarecimiento de los hechos”, manifestó.

Versiones sobre lo ocurrido

Inicialmente se habló de una supuesta intoxicación de los menores, a causa de ingerir una fruta, sin embargo, esta versión es rechazada por los lideres indígenas.

“Estos niños indígenas no murieron por alguna accidente, algo le hicieron a estos niños y muestra de ellos es que la menor de 15 años apareció con una herida en el cráneo y tenía su vestido rasgado”, aseguró Eduard Álvarez, defensor del Pueblo Yukpa.

Los padres de los menores renunciaron a sus posturas ancestrales y permitirán que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses realicen la respectiva necropsia.

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