S.O.S lanzan pescadores artesanales de la zona rural de Neiva
La situación afecta el sustento de las cerca de 60 familias asociadas en Asoagropescar, donde buscan contra todo pronóstico sobrevivir a las necesidades diarias.
Hoy la necesidad mayor se concentra en la dotación de canoas, motores y otros elementos de pesca; que les permitirá mejorar las condiciones del oficio.
Neiva
Félix Hernando Valderrama presidente de la asociación Asoagropescar Huila en diálogo con Caracol Radio dio a conocer la difícil situación social, familiar, económica y de impacto a causa del cambio climático y ausencia de apoyo, en la labor de pesca que los cerca de 60 asociados tienen que afrontar a diario cuando recorren el rio Magdalena como pescadores artesanales.
A la contaminación en el rio Magdalena, se suma la disminución del pescado como consecuencia del cambio climático y las altas temperaturas. A esto se suma la dificultad para comercializar el poco pescado que logran extraer del afluente.
Lo único que piden al alcalde, gobernador del Huila y demás entes Nacionales, como salida a la situación que padecen, es ubicar y adecuar un sitio para la comercialización del producto que según don Félix Hernando lo hacen de forma artesanal y con calidad.
“Vivimos del día a día tantos nosotros como los jóvenes, adultos mayores, mujeres y hombres dedicados al arte de la pesca desde hace décadas. Buscamos tener oportunidades como pescadores artesanales de un empleo fijo, pero realmente nunca nos tienen en cuenta”, afirmó el vocero de Asoagropescar.
Hoy la necesidad mayor se concentra en la dotación de canoas, motores y otros elementos de pesca; que les permitirá mejorar las condiciones del oficio.
“Una canoa puede costar entre un millón quinientos, y no contamos con esos recursos, por eso queremos pedir esto para poder obtener el sustento para nuestras familias. La inversión en insumos supera el precio del pescado que vendemos, entonces al final no estamos haciendo nada”, resalta Valderrama.
Félix Hernando en la actualidad junto a sus hijas de 17 y 21 años de edad y su esposa, recorren en canoa y chile en mano las aguas del Magdalena, en la búsqueda del sustento diario; porque sencillamente no tienen de dónde más generar ingresos para sostener el hogar.
“Por eso pedimos que nos escuchen, sabemos que desde el marco legal existen leyes que obligan a los gobiernos a hacer inversiones en nosotros los pescadores artesanales; pero que realmente son ayudas que nunca nos llegan y más aún cuando necesitamos”, concluye el pescador.
Mientras tanto, y llega la voluntad política de los dirigentes, los 60 asociados en Asoagropescar le madrugan a la vida, tras el chile, la canoa y el motor, que es lo único que les permite hoy sobrevivir a la dura situación que afrontan como grupos social.
