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¿Hacia dónde debe apuntar la nueva visión de política pública en el consumo de sustancias?

Este 2 de octubre, en el Museo Nacional, expertos dialogarán sobre qué caminos puede tomar la sociedad colombiana para superar la visión prohibicionista de las drogas y cómo empezar a implementar estrategias para reducir el riesgo de daño que acarrean.

El lunes 2 de octubre, el Museo Nacional será la sede del gran foro La nueva visión de la política pública en el consumo de sustancias psicoactivas en Colombia. | Foto: Getty

El lunes 2 de octubre, el Museo Nacional será la sede del gran foro La nueva visión de la política pública en el consumo de sustancias psicoactivas en Colombia. | Foto: Getty

Desde hace años, Colombia viene demandando una nueva visión de política pública con respecto al consumo de sustancias psicoactivas. La historia respalda la opinión de diferentes sectores de la sociedad que afirman que la estrategia de la Guerra contra las Drogas fracasó y que el país, al ser uno de los que más recursos ha captado alrededor de la misma, ocupando los primeros lugares en cuanto a producción de cocaína en el mundo, requiere una nueva visión.

El modelo prohibicionista, además de haber necesitado de grandes sumas de dinero para implementarse, también ha representado un costo social muy alto en cuanto a muertes, encarcelamientos y en la perpetuación misma del conflicto armado.

Las cifras demuestran que más personas mueren en la llamada ‘Guerra contra las Drogas’ que por el consumo. Según el Ministerio de Justicia y del Derecho, por ejemplo, entre 2013 y 2020 se presentaron cinco veces más muertes por consumo de alcohol que por consumo de sustancias psicoactivas.

“Fuimos engañados como sociedad con la promesa de que prohibiendo y persiguiendo las drogas iban a desaparecer. Eso ha causado mucho daño. El primer gran reto que tenemos es reconocer que la política de drogas fracasó. Yo creo que a la sociedad hay que educarla; contarle que las drogas han estado con nosotros desde el inicio de la civilización”, explica Julián Quintero, investigador y fundador de Échele Cabeza.

Para analizar los caminos alternos a ese prohibicionismo, un grupo de 16 expertos, incluido Quintero, se reunirán este lunes 2 de octubre desde las 8:30 a.m. en el Museo Nacional de Colombia en el gran foro La nueva visión de la política pública en el consumo de sustancias psicoactivas, para debatir sobre los pasos que viene dando el mundo y el país en dicha materia.

Hace poco, por ejemplo, el Gobierno Nacional presentó una nueva política de drogas que diversos sectores consideran interesante y novedosa pues, además de haberse construido con la participación de todos los actores sociales, busca alejarse de las estrategias de castigo hacia los pequeños productores de hoja de coca en el campo.

“Uno no tiene que esperar que el país esté preparado para la regulación de los mercados de drogas cuando toda la evidencia nos está demostrando que el costo social y el daño de salud pública es mucho más pequeño con la regulación que con la prohibición (...) Tampoco podemos caer en la trampa de mirar todo desde la perspectiva salubrista. Fue muy bueno en un momento de la historia pasar del delincuente al enfermo, pero hoy en día sabemos que la gran mayoría de personas que consumen sustancias psicoactivas no tiene problemas graves asociados al consumo de sustancia”, añade Quintero.

Colombia ya cuenta con avances en el tema. Por ejemplo, desde 1986 permite el autocultivo de marihuana y desde el 1994 permite la dosis mínima en adultos. | Foto: Getty

El encuentro constará de cuatro módulos y varias charlas en las que se reflexionará, precisamente, si el tema debe o no abordarse como problema de salud pública, los impactos que tiene el consumo en la persona sin una estrategia de reducción del riesgo y del daño y, además, qué estrategias se pueden implementar por fuera del Estado para ayudar a cambiar la visión prohibicionista. De hecho, hace un par de años, las encuestas mostraban que solo el 20% de los colombianos estaban de acuerdo con la legalización. Hoy la cifra asciende a casi el 50%.

“Si bien el Estado es el principal actor a la hora de dar solución, también es el más lento en reconocer y dar los cambios, por la burocracia, la moral y otros factores. Actualmente hay experiencias exitosas de la sociedad civil orientadas en el cambio de la política de drogas, como las negociaciones en los tiempos de consumo en los parques, el análisis de sustancias en los espacios de fiesta y las salas de consumo supervisado”, señala el investigador.

Valga recordar que la rama legislativa colombiana aún se muestra reticente a la hora de aprobar, por ejemplo, proyectos de ley que buscan la regularización del cannabis recreativo en adultos. Para Quintero, sin embargo, ya hay otros sectores que están preparados para la regulación, como el académico, el empresarial y el médico, cuyas miradas estarán presentes en el encuentro.

La regulación está intentando resolver problemas de violencia, de corrupción, de consumo y, si nos queda, el tema económico. El mundo está girando hacia la regulación de estos mercados. Ahora bien, la lupa hay que ponerla sobre la cocaína, la verdadera matriz y la gasolina de nuestro conflicto. Para eso es importante la participación de todos los actores; para lograr una regularización justa y responsable, un cambio de narrativa y de cultura y una diplomacia internacional más fuerte para el cambio de la política”, concluye.

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